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¿Por qué es tan importante utilizar Le Verre de Vin®?


El control del oxígeno es la clave para garantizar una copa de calidad y manejar los costos.
Tenemos la fortuna de trabajar con los líderes profesionales en el servicio de vinos a nivel global y a continuación presentamos un breve panorama de la respuesta que recibimos sobre las ideas más recientes acerca de la importancia de tener estándares en la Calidad del Servicio de vino por copa.

Una relación de amor-odio

El vino tiene una relación de amor y odio con el aire. Una vez abierto, el vino necesita un poco de tiempo para respirar, con el fin de permitir que alrededor de mil componentes volátiles reaccionen con el aire. Sin embargo, si no se supervisa y el vino queda expuesto al aire, a niveles atmosféricos, durante demasiado tiempo (unas cuantas horas, cuando mucho), la oxidación causará cambios químicos que disminuyen su sabor y el disfrute general de la bebida. Como por ejemplo cuando un pan se hace rancio o una rebanada de manzana o una ensalada que se marchitan. Para considerar que un vino está en su punto exacto, se debe impedir que se haga rancio o se marchite. Un desafío es que las fases iniciales de la oxidación no son evidentes a la vista; por tanto, esto representa un gran problema de control de calidad que suele resultar en que a los clientes se les sirvan vinos cansados, con un día de vejez, como si la botella se acabara de abrir. Estos cambios químicos pueden ocurrir con mucha rapidez y varían según la actividad volátil en el vino; sin embargo, en un lapso de 12 a 24 horas, las reacciones químicas provocan que el vino se vuelva “plano”, con un aroma y sabor disminuidos, en especial respecto a frescos toques afrutados. Además de la temperatura de servicio inadecuada, el hecho de degustar vino oxidado, cansado, viejo y plano es la queja más común de los clientes cuando se trata del servicio de vinos en los restaurantes. Cuánto tiempo ha estado abierta la botella es la primera pregunta que surge en la mente de un entusiasta del vino. Es raro que los bebedores de vino se quejen en un establecimiento; solo notan la calidad deficiente del servicio del vino que muy a menudo da como resultado bajos índices de retención y de retorno de clientes.

El argumento comercial

El argumento comercial para invertir en Le Verre de Vin® es extremadamente convincente. El restaurante promedio abre alrededor de veinte botellas de vino para servicio por copa. Al final de la noche esto representa aproximadamente cincuenta copas de vino que se oxidan o mínimo entre 150 y 200 dólares de vino perecedero que se deja sin control, con al menos diez o veinte copas que se pierden. O peor, en lugar de que la bebida sea vierta al drenaje, esas 20 a 50 copas (o experiencias para el cliente) suelen servirse a otros clientes unas 12 a 20 o incluso 48 horas después, con la consecuente mala experiencia memorable que muy probablemente motivará a ese comensal a evitar por todos los medios un servicio tan deficiente. De ahí el dramático impacto en el índice de retención y de retorno de clientes que puede tener un servicio mediocre de vino por copa en un segmento de sus comensales. Una vez que usted analiza las cifras del rendimiento de la inversión para elevar los estándares del servicio de vino por copa con la tecnología Le Verre de Vin®, son tan convincentes que no podrá ignorarlas.

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